A través de inyección de aire forzado se reducirán los tiempos de producción de abono orgánico en la planta de tratamiento.
Gracias al trabajo entre la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos -UAESP- y Sineambore los procesos de transformación de residuos orgánicos ahora cuentan con una tecnificación que permitirá reducir los tiempos, tanto de recolección en las rutas, como de producción de abono dentro de la Planta de Residuos Orgánicos de Mochuelo.
“La tecnificación que hicimos acá es que le vamos a inyectar aire forzado, que es un sistema con una tubería y un motor el cual le inyecta oxígeno, le inyecta aire con el fin de que el residuo orgánico se pueda descomponer más rápido y elimine los contaminantes atmosféricos como el metano y otros gases tóxicos”, señaló Álvaro Parras, subdirector de Aprovechamiento de la UAESP.
En el predio Avianca, ubicado en el barrio Mochuelo Bajo, funciona desde hace dos años la planta de tratamiento de residuos orgánicos administrada por la organización de recicladores Sineambore, quienes han recuperado los residuos orgánicos de cientos de familias del sector, además de implementar procesos de producción de abono netamente manuales.
Con la nueva apuesta las rutas de recolección, que los recicladores desarrollaban manualmente, ahora se harán en vehículos, lo que permitirá que se amplíe la zona de recolección que pasará de 250 a mil viviendas, es decir, ahora se recuperará cerca del 80% de los residuos orgánicos que producen los barrios Mochuelo Alto y Bajo.
Leonardo Ochoa, administrador de la planta e hijo de una familia recicladora de la zona, menciona que “durante el proceso de estos dos años, donde se ha implementado la ruta, hemos recuperado un total de más o menos unas 400 toneladas que no han llegado al relleno, entonces lo que se pretende es que con estos mismos residuos se recuperen todos los suelos de la ruralidad. Lo que antes trataban más o menos aquí dentro de la planta eran de tres toneladas semanales a dos y media, ahorita con esta nueva, digamos actualización y mecanización, vamos a llegar a un total de 15 toneladas semanales, 60 mensuales y en un proceso de triturado podemos aumentarlo hasta 80 toneladas de procesamiento”.
La tecnificación hecha en la planta de orgánicos de Mochuelo, que tuvo un costo aproximado de 85 millones de pesos, mejorará las condiciones de trabajo de los recicladores que administran la planta, aumentará la producción y calidad del abono orgánico y evitará el enterramiento de cientos de toneladas de residuos orgánicos en Doña Juana.